13.12.05

La ley del fumar

Estamos a pocos días de que entre en vigor la nueva ley antitabaco en España. Sin duda es una ley que va a causar polémica desde el primer día de su aplicación, pues ya cuando fue aprobada empezaron las críticas. Y mi opinión es, sin duda, que las merece, pero no en el sentido, quizás, que la gente piensa, sino todo lo contrario. Considero que es una ley insuficiente, pues a los no fumadores, como yo, sinceramente en poco nos ayuda. Está muy bien que en los puestos de trabajo esté totalmente prohibido, pero a la hora del ocio, por ejemplo, radica el problema principal, y es que el tiempo dirá si no creará conflictos entre las propias amistades de una pandilla de amigos. Y es que muchos locales, yo diría que la gran mayoría, ya que son muchos los que miden 100 metros cuadrados o menos, la ley le da al empresario la opción a elegir qué hacer, si dejarlo como está (sería lo óptimo para los fumadores), u optar por cambiarse en pos de la ley, y hacer de su establecimiento un lugar libre de humos. Quizás aquí aparezca una valoración mía que puede ser equivocada, pero considero que la mayoría optarán por la vía de dejar las cosas como están, ya que no perderán a los fumadores que iban y, lo triste viene aquí, tampoco a los no fumadores que iban por allí. Y digo esto porque, tristemente, ahora los malos de la película pasaremos a ser los no fumadores, puesto que a partir de ese momento, el no querer entrar en un local con humo generará cuanto menos miradas de odio por parte de los que ven que su vicio es hoy peor visto que antes. ¿Qué libertad tengo para elegir un local donde tomarme unas copas? ¿Tengo que buscarme amigos que no fumen? ¿Soy yo el malo al no querer entrar en el "chimenea bar" de turno?. La única pega de estos locales será que entonces no podrán entrar niños menores de 18 años. Esto a mí me parece la mayor hipocresía de esta ley. Qué pasa, ¿que sólo queremos salvaguardar la salud de nuestros hijos hasta los 18, porque luego ya si podrán intoxicarse? Si no queremos que fumen, y que no tengan que tragar ese humo será para siempre, no hasta los 18 solamente. Se me dirá que a partir de 18 ya son ellos quienes elijan pero... ¿no es la idea el que deje de fumar todo el mundo? Así que eso no me vale. Los hosteleros que opten por un local sin humos saben que tendrán dos grandes hándicaps: la pérdida de sus clientes nicotinómanos, y el coste de readaptar su negocio. ¿Estará eso a su alcance económicamente? Lo dudo. Para mí la ley debería prohibir taxativamente fumar en cualquier sitio cerrado que no sea tu propio hogar o tu coche. En Italia, por ejemplo, no se puede fumar en ningún lado salvo en tu casa. Me parece perfecto, para mí esa es la solución. Pero, compañeros, la gran incongruencia de todo esto es que el Estado ganará en salud para sus conciudadanos, pero perderá ingresos. ¿Soluciones intermedias? Desde el primer día en que me enteré de lo de esta ley, he escuchado en los informativos la creación de inventos para que los fumadores y los no fumadores pudiesen compartir local sin molestias para los abstemios del tabaco. Siempre se les nogó la idea. ¿Por qué? ¿No es posible que se desarrolle un buen producto que sea capaz de tragarse todo ese nocivo humo y deje el lugar apto para cualquiera? ¿Por qué se dijo que no desde el primer momento? Así no se perdería el volumen de negocio de Altadis, y la subida de los precios del tabaco (también abogo por ello) debería destinarse a los costes sanitarios que genera el tabaco. Yo no quiero perjudicar a los fumadores, son libres de hacer lo que quieran, eso si, respetando a los que el humo les es molesto. Nunca estaríá en contra de medidas de ese tipo: se permite fumar, pero sin que yo me tenga que tragar toda esa contaminación y que mi ropa llegue apestando a casa. Por eso, la ley me parece incompleta e hipócrita a mansalva, y creo que, o una ley más estricta, como la italiana, o híbridos como éste de recurrir a la tecnología podrían ser más beneficiosos para todos. Otro tema es las ayudas del Estado a los fumadores que quieran dejarlo (no a los que no, pues dirán que no sirven de nada -se necesita voluntad, ¿saben?-). Debería haber todo tipo de cursos subvencionados para esa gente consciente del daño que se están haciendo a ellos mismos y a sus allegados (porque esa es la idea, ¿no, señores del gobierno?). Y sin duda, ayudar a los empresarios a adaptar sus estructuras a la ley antitabaco. Porque es muy fácil sacar una ley, lo difícil, caballeros, es implementarla. Gracias a los que han leído hasta el final. Un saludo.

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